sábado, 8 de diciembre de 2007

Isomorfismo recíproco



En ese sentido me encanta lo que hace Rodolfo Uder, quien encuentra quizás árboles que alcanzan su lógico y natural deterioro pero dejan vestigios de su ciclo de vida: se trata de enormes troncos y piezas únicas que él -con el cono de su visión enfocado en el diseño y su aprovechamiento-, interviene para redescubrir una utilidad creativa, para que aquella madera no se descomponga y si lo hiciese, sea en sí misma motivo del deleite que nos provoca. En su trabajo de fabricar platones, vasos, cántaros, engullidos en una estética silenciosa pero efectiva, los accidentes, los hongos, el deterioro, son memoria de cada pieza, y como se dijo, no se sabe si lo hace él o es que él se deja hacer dentro de un profundo isomorfismo de reciprosidad.


Platones en maderas de mora, canelo, ron ron, entre otras maderas utilizadas que encuentra en ese entorno pampero




El sentido de duo, macho y hembra, de eterna dualidad, está presente en sus piezas.



Maderas, jaspes, colores, sensibilidades, búsquedas y encuentros dentro de ese diálogo perenne entre sus bosques y sus pasos, entre su pensamiento y los que su creatividad le muestra para hacer.

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